Durante esta primera semana de excavación del Taller de Arqueología de San Nicolás se ha trabajado principalmente en la zona de la cabecera del templo y se ha abierto una de las sepulturas de la nave, concretamente la número 32 que se encuentra en una zona central.
El Sábado día 1 de Agosto comenzó el Taller con la primera jornada del turno especial de los sábados. Trabajo muy duro que consistió en eliminar una capa de grosor variable, entre 15 y 35 cms, de escoria rojiza procedente de los hornos de una de las antiguas tejerías de Tudela o de la fábrica azucarera. Esta capa de escoria se echó solo en la zona del presbiterio con el fin de eliminar humedades del suelo, antes de poner la baldosa de azulejo hidráulico que tenía.
Durante los cinco días de la semana se ha estado excavando en la misma unidad estratigráfica, una potente capa de tierra y escombro con materiales del siglo XVII que nos llevan a con la construcción de la última fase de la iglesia, 1733. Los principales elementos de cronología son cerámicas polícromas procedentes de los alfares de Talavera (Toledo) y Muel (Zaragoza). También se han encontrado algunos fragmentos de cerámicas más antiguas, residuales dentro de los escombros modernos, con cronología islámica o medieval cristiana.
El hallazgo de moneda fue abundante en la zona superficial de este primer estrato, con seis ejemplares, pero a más profundidad ya no se encontraron más. Tres de ellas sí que son del siglo XVII, dos reselladas y un maravedí poligonal navarro, pero las otras tres son mucho más modernas: dos monedas navarras de Fernando VII y una moneda de un céntimo de la Primera República, 1870. Esta moneda tan moderna puede ser resultado de intrusiones bajo suelos de tarima o en obras de principios del siglo XX, ya que no concuerda con los fragmentos de cerámicas encontradas. Debido a la humedad del terreno, todas las monedas tienen mala conservación, además de estar desgastadas por el uso.
Dada la potencia de este primer estrato, 60 cms en la zona más profunda, y con una superficie cercana a los 60 metros cuadrados, no ha sido posible eliminar toda la capa en esta primera semana, pero en el cambio de Unidad Estratigráfica y superficie de la misma, ya se han tocado restos de estructuras compactas pero todavía es temprano para dar una función y significado.
Otro de los puntos de intervención en este primera semana ha sido el enterramiento 32 de la nave. Una vez levantados los dos tableros de tarima que forman la tapa se ha comenzado la excavación, en la que durante los tres primeros días solo han aparecidos restos humanos revueltos, contabilizándose un total de 7 individuos diferentes. A una profundidad de 90 cm se ha tocado la tapa de madera de un ataud, disgregada por efecto de la humedad y el tiempo, pero perfectamente reconocible en su forma trapezoidal alargada, teniendo una longitud de 1’67 m. En los dos días siguientes se ha procedido a la limpieza y extraccción del enterramiento, por lógica el más moderno de todos. No sabemos hasta que fechas se realzaron enterramientos en esta iglesia, pues los libros de registro no se han conservado, pero habrá que suponer una fecha de mediados del siglo XIX.
Por último, también nos vamos abriendo paso en la escalera de caracol que tiene la torre de la iglesia. La torre es un elemento extraño. No difiere de la fábrica del templo, pero tiene una orientación diferente, girada 45 grados. Se puede pensar que esto se deba a que sea un resto de la antigua iglesia, pero no se ven en su fábrica elementos de calidad como para poder decir que fuera la románica. Su escalera de caracol no es de piedra, sino de mampostería, con peldaños tipico del siglo XVI o XVII, con un pequeño rebaje en los frentes de los escalones, y tiene la peculiar característica de que los escalones continuan descendiendo por debajo de la cota del suelo de iglesia.
¿Hay una entrada original a la torre a una cota más baja y se levantó todo el suelo de la iglesia y del entorno urbano para solucionar el problema de las inundaciones del Río Mediavilla?. Es posible que por problemas de estructura no se pueda continuar bajando en el relleno que colmata las escaleras de caracol, que también está proporcionando cerámicas del siglo XVII, pero ese dato de profundidad se prodrá comprobar en la excavación del presbiterio y en la tumba central de la nave.
Nicolas Tudela 